¿Qué ver en Marrakech? Más que una pregunta, es una invitación a dejarse llevar por una ciudad que no se visita, se vive. Marrakech se atraviesa con los cinco sentidos despiertos. Se escucha, se huele, se saborea, se roza con la yema de los dedos. A veces abruma. Otras, hipnotiza. Pero siempre deja huella.
Si estás preparando un viaje a esta joya marroquí, aquí tienes una guía extensa para no perderte (del todo). Y, si te pierdes, que sea a propósito.
¿Qué ver en Marrakech?

la Plaza Jemaa el-Fna
La plaza Jemaa el-Fna es corazón palpitante de Marrakech. ¡Eso la convierte en un imprescindible! Es lo primero que ver en Marrakech. Para que se entienda mejor, la plaza es la Torre Eiffel de Paris. Un must. De día, llena de puestos, músicos, encantadores de serpientes, mujeres que hacen tatuajes de henna. De noche, se convierte en un gigantesco comedor al aire libre. Comer en los puestos con mesas de plástico es parte de la experiencia, aunque te recomiendo que tengas cuidado y elijas bien el puestecito donde hacerlo.
Suele ser caótica. Ruidosa. Fascinante. Y, a ratos, agobiante. Pero es imposible no volver a ella una y otra vez. Algunos la aman. Otros la odian. Pero todos la recuerdan.
Un consejo: sube a alguna de las terrazas de los cafés que la rodean al atardecer. Ver cómo el sol cae sobre la plaza mientras empieza el bullicio nocturno es un espectáculo en sí mismo.

la Medina y sus zocos
Dentro de la Medina de Marrakech encontraras el inmenso zoco. Se trata de un laberinto de callejuelas que te absorbe. Aquí no hay mapas que valgan. Solo paciencia y curiosidad. Los zocos están organizados por gremios: el de los tintoreros, el del cuero, el de las especias, el de las lámparas…
Regatear es obligatorio. No tengas prisa. Observa. Pregunta. Sonríe. Y prepárate para ver cómo se fabrican babuchas, alfombras, joyas, cestas o perfumes. Marrakech es un gran taller al aire libre.
Entre los lugares más curiosos está la plaza de las especies (Rahba Kedima), con montones de hierbas, aceites y remedios tradicionales. Y también la zona del zoco de los herreros, donde el sonido del martillo no ha dejado de resonar desde hace siglos. No te puedes ir de Marrakech sin visitar sus zocos.
los Jardines Majorelle y el Museo Yves Saint Laurent
Un oasis azul y verde en medio del caos. Los Jardines Majorelle fueron creados por el pintor francés Jacques Majorelle y rescatados décadas después por Yves Saint Laurent. Colores intensos, cactus monumentales, estanques con nenúfares.
Es uno de los lugares más fotogénicos de Marrakech, pero también uno de los más tranquilos si madrugas. El azul Majorelle, el verde de los bambúes, el silencio del agua cayendo: un pequeño paraíso botánico.
Justo al lado, el Museo YSL ofrece una mirada íntima al diseñador y su vínculo con Marruecos. Merece la pena incluso si no eres fanático de la moda.
Más información en: www.jardinmajorelle.com
el Palacio de la Bahía
Un derroche de belleza. Patio tras patio, salón tras salón, el Palacio de la Bahía muestra lo mejor de la arquitectura andalusí y marroquí. Zelliges (azulejos), techos de madera pintada, yeserías. Se construyó para impresionar, y lo consigue.
La historia también está en sus muros: fue hogar de un visir y sus muchas esposas y concubinas. El palacio es, en sí mismo, un mapa de poder y ostentación.
las Tumbas Saadíes
Un cementerio real escondido durante siglos tras una pared. Se redescubrieron en 1917 desde el aire. Hoy son uno de los lugares más visitados de la ciudad. Mármol de Carrara, mosaicos delicados y un silencio inesperado en medio del bullicio de la medina.
Albergan los restos de decenas de miembros de la dinastía saadí. El mausoleo principal, con columnas de estilo coríntio y detalles dorados, es sencillamente impresionante.
la Madraza Ben Youssef
Una antigua escuela coránica que es pura poesía en piedra. Cierra los ojos e imagina a los estudiantes memorizando el Corán en sus pequeñas celdas. Luego, abre los ojos y contempla el patio central: un festival de mármol, madera tallada y estuco.
Fue una de las madrazas más importantes del norte de África. Su restauración ha devuelto todo su esplendor. Un remanso de armonía y simetría.
la Koutoubia
El faro de Marrakech. Su minarete, de 77 metros, domina la ciudad. Fue el modelo para la Giralda de Sevilla. No se puede visitar por dentro, pero su silueta es inconfundible. De noche, iluminada, parece flotar.
El nombre viene de «kutubiyyin», libreros: había una gran biblioteca y un zoco de libros a sus pies. Hoy es el gran punto de referencia de la ciudad vieja.
Museos imprescindibles en Marrakech
- Museo de Marrakech: instalado en un antiguo palacio, mezcla arte contemporáneo y tradicional. Tiene un patio central de una belleza sobrecogedora.
- Dar Si Said: especializado en artes decorativas del sur de Marruecos. Mucho más tranquilo que otros, y muy completo.
- Museo de la Fotografía de Marrakech: joya escondida, ideal para conocer el pasado visual del país. Con terraza para tomar té con vistas.
- Maison de la Photographie: muy recomendable para los amantes de la historia y la etnografía.
Qué ver en Marrakech: el barrio moderno de Guéliz
Fuera de la muralla está el Marrakech del siglo XX y XXI. Boutiques, cafés elegantes, arte contemporáneo, arquitectura colonial. Aquí verás una cara muy diferente de la ciudad. Más relajada. Más europea. Pero también muy viva.
Si quieres cenar con vino, este es tu barrio. También si buscas galerías, arte joven o marcas locales con diseño.
Excursiones desde Marrakech
La capital de Marruecos tiene infinidad
- Desierto de Merzouga: si tienes varios días, es una experiencia inolvidable. Dunas doradas, camellos, noches estrelladas en haimas y el silencio más absoluto.

- Essaouira: escapada perfecta de uno o dos días. Ciudad costera, bohemia, con aire portugués. Mar, medina y música gnawa.
- Fez: más tradicional, con la medina más grande del mundo. Esta ciudad es perfecta para seguir conociendo Marruecos. Para poder verlo bien te recomendamos estar al menos una noche.

- Chefchaouen (la ciudad azul): fotogénica, tranquila, en las montañas del Rif. Casas pintadas de azul y una atmósfera mágica. Para visitarla es recomendable salir desde Fez, ya que la distancia desde Marrakech es muy larga para recorrerla en un dia en el caso de que vayas desde Marrakech.

- Valle de Ourika: verde, fresco, con cascadas y pueblos bereberes. Se puede hacer en el día.
- Ait Ben Haddou y Ouarzazate: espectaculares si tienes tiempo. Cines, fortificaciones y desierto.
Dónde comer en Marrakech
- Café Clock: platos tradicionales con un giro moderno. Buen ambiente y actuaciones.
- Nomad: cocina creativa con ingredientes marroquíes. Terraza con vistas.
- Dar Chef: comida casera, trato familiar, precios razonables.
- Le Jardin: escondido, verde, tranquilo. Ideal para huir del bullicio.
- Mercado nocturno de Jemaa el-Fna: si te atreves, prueba el cuscús, el mechoui o incluso cabeza de cordero.
Alojamiento con encanto en Marrakech
Dormir en un riad es casi obligatorio. Estas casas tradicionales con patio central ofrecen hospitalidad, belleza y silencio en pleno corazón de la medina. Algunos recomendados:
- Riad Yasmine: muy instagrameable, pero también muy cómodo.
- Riad BE Marrakech: diseño exquisito y personal encantador.
- Riad Dar One: moderno, con mucho estilo y excelente ubicación.
Consejos prácticos para tu visita a Marrakech
- Cuándo ir: primavera y otoño son las mejores épocas. En verano hace demasiado calor.
- Vestimenta: respeta la cultura local. Ropa ligera, pero que cubra hombros y piernas.
- Moneda: dirham marroquí. Cambia algo al llegar, pero muchos lugares aceptan tarjeta.
- Idioma: el árabe y el francés son los oficiales. Muchos hablan algo de español o inglés.
- Regateo: es parte de la cultura. Nunca aceptes el primer precio.
- Taxis: pacta el precio antes de subir. Mejor aún: usa apps locales como Careem o InDrive.
- Salud: no bebas agua del grifo. Evita verduras crudas en la calle. Lleva protector solar.
- Hammam tradicional: una experiencia imprescindible. Recomendamos Hammam Rosa Bonheur por su ambiente acogedor y trato excelente.
- Tarjeta SIM: puedes conseguir una SIM local de Maroc Telecom o Inwi nada más llegar al aeropuerto, por precios muy económicos. Suele incluir llamadas locales y varios GB de datos.
- Transporte desde el aeropuerto: el bus 19 conecta el aeropuerto con la medina y Guéliz. Cuesta unos 30 dirhams. También puedes tomar taxi, pero acuerda el precio de antemano (normalmente entre 100-150 dirhams hasta el centro.
Ahora que ya sabes qué ver en Marrakech solo te queda disfrutar del viaje.